16 de Mayo de 2022 – La Esquina del Pastor

La Esquina del Pastor
Queridos feligreses:
Continuando con la semana pasada, me gustaría reflexionar sobre el
segundo punto que ha estado cerca de mi corazón durante estos
últimos cuatro años que he servido como su pastor: La Pastoral
Juvenil.
La responsabilidad de educar a nuestros hijos en la fe católica recae
primera y primordialmente en sus padres, a quienes deben ayudar y
apoyar los padrinos de Bautizo y de Confirmación. También los
abuelos, tíos y tías, y toda la familia deberían estar ayudando. Cuando
los católicos de Japón no tuvieron sacerdotes, durante 200 años- les
enseñaron la fe a sus hijos, y la fe católica era vibrante y fuerte
cuando a los sacerdotes se les permitió una vez más entrar en Japón.
La parroquia es nuestra familia espiritual (como parte de la gran
familia espiritual que es toda la Iglesia católica), y también tiene un
papel que desempeñar en ayudar a los padres a educar a sus hijos en
la fe. Pero no puede transmitir la fe sin la ayuda y el apoyo (y siendo
la tarea principal realizada) por los padres. Traer a sus hijos una vez
por semana a las clases de catecismo, durante una hora y media, no
sustituye su responsabilidad de enseñar y formar a sus hijos como
discípulos de Cristo en casa! El buen trabajo que hacen nuestros
maestros de Catecismo — y es un trabajo muy bueno — es un
complemento a su papel, y lo puede ayudar a guiarlo en lo que sus
hijos deberían estar aprendiendo en casa.
No puede haber una “pastoral juvenil” exitosa en una parroquia sin el
apoyo activo y el respaldo de los padres. Uno de los mayores dolores
del corazón que yo he experimentado es ver muchachos buenos, de
buenas familias católicas, abandonar el catecismo y el Grupo de
Jóvenes de la escuela secundaria parroquial, porque su los padres no
le dan prioridad. Ponemos deportes, banda, clubes, estudios
seculares… casi todo, ¡por encima de nuestra fe católica y de nuestra
relación con Dios! ¿Cuántos de ustedes le permitirían a su hijo de 13
o 16 años abandonar la escuela? ¿Cuántos de ustedes dirían que “ya
sabes suficiente, no te queda nada por aprender”? ¡Nadie diría eso! Y,
sin embargo, permitimos que nuestros adolescentes dejen de asistir a
la educación religiosa, ¡y tampoco les estamos enseñando en casa!
Les imploro: enséñenles en casa a sus hijos (incluidos los
adolescentes) sobre la Fe católica: lo que creemos, cómo debemos
vivir, orar y adorar como discípulos intencionales de Cristo, como
cristianos católicos, y también llévenlos a la educación religiosa,
donde pueden aprender aún más, y donde puedan entablar amistad
con otros niños católicos de su edad. No debemos esperar que
nuestros hijos se queden “mágicamente” en la Iglesia si no estamos
no siendo deliberados en su educación y formación como católicos
cristianos.
El próximo año, tendrán ustedes al padre Joel, al padre Nathan, al
padre José, al diácono David, y al diácono Bruce, todos ayudando a
enseñarles a sus hijos en nuestro programa de Catecismo, junto con
nuestros excelentes maestros laicos, dirigidos por la Dra. Cheryl
Whitlow, nuestra Directora de Educación Religiosa. Necesitamos que
USTED los apoye, respalde sus esfuerzos y ayude a ellos a pasar la fe
a la próxima generación de católicos!
~Padre Ben

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