25 de Septiembre de 2022 – La Esquina del Pastor

La Esquina del Pastor
A menudo asumimos que todos compartimos el mismo
concepto de libertad, especialmente en un país para el cual la
libertad es un principio fundamental. Sin embargo, como
católicos, encontramos que no todos entienden la libertad en la
verdad. Para muchas personas, nuestra obediencia a La Santa
Madre Iglesia no es libertad. Pero sabemos, por experiencia,
que nos libera de la esclavitud de nuestras pasiones volubles.
De la misma manera, la libertad de conciencia a
menudo se interpreta como que cada decisión personal es
correcta y buena para la persona que toma esa decisión. Esta
definición separa la libertad de la verdad, especialmente de lo
que es la verdad acerca de los bienes y los males morales.
Como católicos, la libertad de conciencia significa que el
estado no puede obligarlo a uno a hacer lo que es moralmente
reprobable, o impedir que uno haga lo que es moralmente
bueno. Esto requiere un conciencia que sabe lo que es el mal
moral y el bien moral, en conformidad con la verdad. También
significa que obedecemos a nuestra conciencia cuando nos dice
que no hagamos ese mal, o que llevemos a cabo un bien moral.
A medida que nos acercamos a la temporada de
elecciones y nos enredamos en campañas políticas, tomemos el
tiempo para educarnos sobre qué es bueno y que es lo malo.
Recordemos también que aquellos por los que votamos nos
representan y a las verdades que sabemos, y que votar por un
político que defiende el mal moral como bueno (como el
aborto) es dejarlos elegir el mal en nuestro nombre. ¿Podemos
realmente emitir un voto que promueve el mal, especialmente
el mal del aborto?
Dios los Bendiga, y que la Misericordia de Dios los guarde.
Padre Nathan Mudd, CPM
Mantén la fe . . . Pero no para ti mismo.

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